No es la oscuridad si no esa ausencia de luz.
Luz empeñada en desnudar tu semblanza, tu desnudez,
Tu sombra engullida por el siniestro ardor de la pasión
Burla mi desvelo mientras matices de infinitos colores
De infinitas notas y contornos, ruidos sórdidos corrompen mis sentidos.
Súbita como nunca alcanzaste mi boca
Entre entrañables criaturas amorosas
Entre nudos de garganta
Un grito silencioso y profano.
Mientras la madrugada se escapaba con su réquiem
En un vulgar crepúsculo matinal.
Póstumo.
lunes, 15 de diciembre de 2008
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