domingo, 3 de mayo de 2009

El Poseso.



El sol yace bajo un lúgubre manto.
Como él, ¡oh Luna de mi vida!, arrópate con sombras;
duerme o humea a tu gusto; sé muda, sé sombría,
y húndete por entero en el abismo del Tedio.

¡Te amo así! Sin embargo, si hoy quieres,
como un astro eclipsado que sale de la penumbra,
pasearte en los lugares que la Locura encumbra,
¡está bien!, ¡encantador puñal, surgido de tu vaina!

¡Enciende tu pupila con el brillo de los candelabros!
¡Enciende el deseo en las miradas de los rústicos!
Todo lo tuyo me agrada, mórbido o petulante;

Sé lo que quieras, noche negra, roja aurora;
No hay una fibra en todo mi cuerpo tembloroso
Que no grite:
¡Oh, mi querido Belcebú, yo te adoro!


Charles Baudelaire.

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