Casi dormí en lo profundo de tu madrugada
cuando mi brazo debatía tu atrevido recato
en los oscuros parajes de mi corazón
como sumergirse a correr en la emoción
en la plenitud, en el latido de tus besos
en la ingravidez de nuestra noche
y volar sobre ese vacío que contemplan tus ojos
colorearme en tu aliento de mágico locura.
Y es que tú no sabes de esos pétalos
que alumbran hasta lo ínfimo de tu tristeza
y no es tan trágico este amor de madrugada
es este sueño, es esta luna que ayer extraña
y tu no sabes de el encanto de tus cenizas
ni de las guirnaldas que coronan tu frió abismo
ni de esa esencia que enciende y quema mi vida.
PÓSTUMO.
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