martes, 6 de enero de 2009

Otra vez aportando Xavier Deler, con ese ornamento oscuro que ya se ha hecho característica suya....

Dríada


Mirare en el palacio infinito
la noche eterna,
espejos deslumbrados
vencidos en preludio lento.
Astuto decano,
sabes sumergirte
en nuestra lid,
donde los sauces pálidos
tocan a muerte.
Linea vana, de voz extraña,
abraza un airado clamor,
cortesano imperfecto
de antiguos dramas.
Acaricia la nota pura
donde la natura y el cosmos
deshacen.
Dormita ninfa dócil
tu velamen, entre túnicas
de monedas y ágata.
Oh! bella taciturna
legado de primer imperio,
en el pozo inconfesable
me dijiste tu nombre,
cortare para ti
en la fontana
pilares de laureles,
en las aguas profundas
ellos mismos desvanecen.
Alzando el racimo
de los prometidos valses,
libre en la tempestad
diré una copla,
murmurando su tonada
en campos de sombras,
entre el roció de amapolas,
sus vinos eficaces
teñirán mi pecho.
Soy el hilador eterno
de negros perfumes,
el pintor orgulloso
de un triste monumento.

Xavier Deler.